En la Playa Nudista por Primera Vez

En la Playa Nudista por Primera Vez

 

Todo comenzó en un viaje de trabajo a la capital, mi esposa y yo en Caracas por unas dos semanas. Ya sabíamos del grupo, pero la entrevista, por vivir fuera de Caracas, se había vuelto cuesta arriba.

Luego de contactar con el coordinador y hacer la entrevista, lo que resalta la seriedad del equipo, todo indicaba que ir al paseo estaba más cerca. Esa misma semana recibimos la invitación.

No nos fuimos preparados para ir a la playa, pero recordé lo que una amiga siempre me dice: las oportunidades son como un sombrero que arrastra el viento, si pasan por tu frente y no los tomas, tal vez nunca vuelvan a pasar.

Nos fuimos de una y compramos una sombrilla en descuento, una cava de anime para salvar la patria y el traje de baño no importaba, así que dimos rumbo al viaje. Una hora a antes, para ser los primeros. Las impredecibles colas hicieron de las suyas y, a pesar de llegar al límite de tiempo de salida, lo importante es que llegamos.

Los miedos que teníamos: de mi parte era el miedo escénico, miedo a no poder desnudarme, miedo a cohibirme. Y de la seguridad de parte de mi esposa, dado que no vivimos en Disney, la seguridad siempre es importante tomarla en cuenta.

No sé a ciencia cierta el tiempo que duró, pero más tarde en bajar las cosas de la lancha que en quitarme la ropa. A mi esposa le costó un poco más, pero en media hora ya andábamos cual Adán y Eva, en una hermosa playa venezolana, disfrutando de nuestra desnudez. De la valiosa libertad de la desnudez.

Mi miedo a estar desnudo quedó completamente desarmado. Estar desnudo es lo natural en una playa nudista. Te das cuenta que te sientes incómodo vestido, que lo que quieres es disfrutar de esa naturaleza, completamente libre de complejos y libre de las limitantes que la sociedad impone.

De la seguridad es, como me dijo unos de los integrantes del grupo que asistía a su segundo paseo, “mi pana esto es paz, tranquilidad y exclusividad”. Las mejores palabras, definitivamente, para describir el nivel en el que estás en ese lugar. El ambiente familiar que se respira te hace se sentir tan a gusto, que definitivamente quieres volver a vivirlo.

Si mañana me tocara dar unas declaraciones a algún medio sobre mi experiencia, lo describiría así: Mi primer paseo a una playa nudista lo hice en compañía de un grupo exclusivo de personas, full amables, pertenecientes a la Organización Nudistas Venezolanos.

Estoy totalmente satisfecho de haber vivido ésta experiencia que ha transformado o, mejor dicho, ha eliminado nuestras ataduras sociales impuestas desde niños. Ahora nos sentimos completamente parte del grupo, bueno realmente no del grupo, sino de la familia de Nudistas Venezolanos.

Aunque somos de Oriente y el camino es largo, siempre es bueno visitar a la familia, y más cuando ves tanta buena vibra y almas desnudas, dispuestas a compartir la belleza de la naturaleza, mirando a los ojos en un ambiente de paz y seguridad.

Sencillamente algo exclusivo para los que se atreven a vivir la experiencia del nudismo, aquí mismo en Venezuela.

 

Alexander V.

10 años encuera’os

Lo que seguro no será el titular del día en Venezuela, es el décimo aniversario de la Organización Nudistas Venezolanos.

Y es que en el año 2003, justo 8 meses después de la emisión del decreto que creó a CADIVI, un grupo de parejas y familias venezolanas se atrevieron a disfrutar de las costas de nuestro país “al natural”, y así nació la organización, creando un concepto totalmente contrario a un CADIVI, no solo por estar más ligado a la Libertad que a la Represión, sino también por ser un ejemplo de eficiencia organizativa.

Nudistas Venezolanos cumple 10 años

10 años después, es un referente del disfrute familiar, pionera del nudismo naturismo en Venezuela y con valores entre los que se encuentran, el amor, el respeto y la aceptación hacia uno mismo, hacia los demás y hacia el medio ambiente.

Tan positiva ha sido esta primera década para la organización, que el pueblo de Chuspa, en cuyas playas normalmente se realizan los paseos familiares, ha aceptado como parte de su cultura al grupo nudista, creando lazos de colaboración conjunta en lo que a mantenimiento de las playas se refiere.

Las visitas a Chuspa para todos los integrantes comenzaron el 30 de septiembre de 2006, justo en mi primer paseo nudista. En esa oportunidad mi esposa, una de nuestras mejores amigas y yo, decidimos asistir a nuestro primer paseo, cargados de pocos paradigmas y de mucha emoción.

Al llegar al punto de encuentro, identificamos a Antonio, nuestro primer contacto con el grupo, pues fue el coordinador que nos entrevistó. Nos presentó a una docena de personas (ese era el tamaño aproximado del grupo en aquel entonces) y luego partimos para el embarcadero del pueblo de Chuspa. Nuestro primer destino “Playa Capino”.

En resumen un paraíso anclado en las costas fronterizas entre Vargas y Miranda, una playa pequeña en forma de bahía con arenas blancas de canto rodado (algo incómodo para las nalgas, si no tenías silla o toalla) y un mar de un inigualable azul profundo. Justo unos metros detrás de la playa, una densa flora al estilo de bosque litoral.

El veredicto de nuestra primera experiencia nudista en grupo: Éxito total. Regresamos a Caracas llenos de energía, nuevos amigos y recuerdos, y a la vez vacíos de estrés, tabúes y prejuicios.

Debido a las dificultades de acceso a las playas por temas de oleaje, y gracias a la orientación de los lancheros del pueblo, durante estos 7 años de playas chuspeñas, fuimos conociendo nuevos destinos, entre ellos la que se convirtió en bastión del nudismo en Venezuela, la hermosa playa de Monomanso.

A la fecha han sido más de mil las personas que se han unido, al menos por una vez, a la experiencia, llegando a tener paseos de más de cien personas, desde recién nacidos hasta abuelos. Familias completas, parejas y solter@s.

Mensualmente los coordinadores se esfuerzan además de la organización general de los paseos, por preparar actividades recreativas o paseos temáticos, y así darle un toque aún más familiar a la experiencia nudista, pues para muchos es, además de un fin de semana playero, una fiesta con amigos.

Eventos ecológicos como el día de las playas, celebraciones periódicas como el halloween o carnaval, días de las madres, padres, niños y la tradicional fiesta navideña, son apenas algunas de las actividades que suelen organizar los coordinadores y colaboradores.

Aún cuando mi esposa y yo somos más del tipo “día-de-playa-relax-tipo-morsa”, admiramos el tesón de las personas que se encargan de apartar parte importante de su tiempo, para mantener la permanencia saludable del grupo.

La verdad es que yo, desde la adolescencia, me he quitado la ropa en la playa cuando he tenido oportunidad. Cuando la playa suele estar sola, por temporada baja o de noche, pues la sensación del agua en contacto directo con todo mi cuerpo es algo relajante y liberador. Así que este grupo ha representado, para mí, una opción de hacer lo que me gusta sin tener que depender de tantas condiciones.

Lamentablemente, debido al trabajo y compromisos, no siempre podemos acudir a los paseos mensuales. Lo positivo de eso es que siempre somos recibidos como nuevos, o con mucho cariño por el tiempo transcurrido.

Tanto he querido que mis amigos y familia sepan de la experiencia, que a la fecha ya han asistido mi mamá, mi suegra, una de mis cuñadas, tres de nuestros mejores amigos y nuestra compañera de muchos paseos, nuestra sobrina.

Si me hicieran una entrevista en la que me pidieran describir mi experiencia nudista en tres palabras, serían: Relax, Confianza y Seguridad.

Pero si el entrevistador fuera más exigente y me pidiera una sola palabra que reuniera toda mi vivencia, obviamente sería una de las palabras más hermosas del mundo: LIBERTAD.

Marcox Silva.

Tomado de No es Noticia en Venezuela.

Mi Hijo me Invitó a la Playa Nudista

 

Mi hijo me invitó a la playa nudista

 

De lo más adentro de mi ser oigo una voz que me sugiere escribir unas líneas sobre mi experiencia como padre, motivado por el respeto y el clima que se respira dentro de la familia de Nudistas Venezolanos.

Recuerdo que me invitó mi hijo con voz tenue, temeroso de una respuesta negativa.

Iría con él y su adorada novia.

Acepté sin titubeos, convencido de que no me llevarían a un lugar malsano, debido a los valores que su difunta madre y yo le hemos inculcado en el seno familiar.

¡Fue una experiencia inolvidable!

Conseguí y conocí gente maravillosa de todas las edades. Desde el niño en brazos de sus padres, hasta la abuela tomada de la mano de su nietecito, orgullosos de compartir ese día soleado.

Desde entonces mi vida ha cambiado: Pude verme al natural, al desnudo, a la par con los demás.

El nudismo es la máxima expresión del ser humano visto en su enorme sencillez.

 

Pino C.

 

La Experiencia del Nudismo con mi Familia

nudismo familiar

Cuando practiqué nudismo por primera vez, lo hice con la Organización Nudistas Venezolanos, acompañado de mi pareja. Habíamos decidido que fuese una actividad para nosotros dos, que no compartiríamos con nuestra familia.

Sin embargo, al ver como los grupos familiares disfrutaban de la actividad, decidimos invitar a nuestra hija menor. Pronto se convirtió en impulsora de la actividad ante nosotros, e incluso, en una de las personalidades particulares de los paseos, tanto así, que en las oportunidades en las cuales no puede acompañarnos, nos preguntan y hasta reclaman por su inasistencia.

El nudismo para nosotros es una expresión de libertad y deslastre.

¡¡ Los paseos de Nudistas Venezolanos es una de las actividades familiares mas esperadas todos los meses !!

Carlos D.

El Mejor Regalo – Día del Padre en Nudistas Venezolanos

padre-nudista-venezuela

 

Sin duda alguna el mejor regalo es la vida.

Ser padre, definitivamente, es dar un regalo de vida.

Guiar a nuestros hijos respetando y amando la naturaleza, sin complejos, con sabiduría y libertad, es el espíritu de Nudistas Venezolanos.

¡¡¡¡¡¡¡Nudistas Venezolanos un Regalo de Amor y Libertad!!!!!!!

La visión del que ve materializada una idea.

¡El hijo donde mis hijos nacieron y crecieron! (Literalmente)

Esa es la visión que yo tengo de Nudistas Venezolanos.

Siento al grupo como un hijo más. Aquí aprendió a dar sus primeros pasos mi pequeño Vittorio, sostenido de cualquier silla u objeto alto donde pudiera erguirse.

Aquí mis ojos vieron a mi bella esposa luciendo su gravidez y, retrocediendo el tiempo, el travieso Fabrizzio imitando los pasos de su hermano.

Nudistas Venezolanos es mi casa, donde está mi familia, mis amigos y los que pasaron a ser mucho más que amigos.

Feliz día del Padre a mis amigos de Nudistas Venezolanos.

 

Antonio.

Cuando me Toca Hablar Sobre el Nudismo, en lo Primero que Pienso es en mi Madre

 

Atardecer Nudista

 

Cuando me toca hablar sobre el nudismo, en lo primero que pienso es en mi madre…

Se preguntaran ¿por qué?

Pues ella murió hace un año y medio y, para esa fecha, yo nunca había participado en Nudistas de Venezolanos.

Me acuerdo de ella porque jamás pude llegar a contarle sobre mi experiencia como mujer y como madre de compartir algo así.

Ella era una mujer muy tradicional, pero jamás nos negó o se opuso a nuestras diversidades y gustos.

Me hubiera encantado contarle lo liberador que es compartir con personas que no miran la marca de tu ropa, o si tus zapatos están rotos, o son azules o rojos, sino que te ven como seres humanos y humanas.

Me hubiera encantado contarle como mi hijo disfruta corriendo en la playa todo el día, sin pensar en nada más que en su libertad.

Me hubiera encantado que ella nos acompañara a uno de esos paseos en lancha, a sentir la arena, a sentir el agua del mar sin ataduras.

Me hubiera encantado verla libre y abrazarla desnuda como en aquel minuto cuando nací, cuando nos conocimos hace 30 años.

Pero me queda la dicha de saber que estás en todas partes y que seguro puedes ver a mi hijo correr, a mi compañero sentirse feliz y a mi recordarle en libertad en estas hermosas playas, donde podemos vernos tal cual somos, donde podemos compartir en familia, sin ataduras impuestas, donde el cielo es el límite de nuestros sueños.

Margarita Silva.

 


 

Este relato forma parte de la serie dedicada al Día de las Madres. Anteriormente publicamos el de Giuly, quién es madre de un niño “especial” y el de Marilú, quien asistió a su primer paseo “escondida” de sus hijos.

 

Marilú va a la Playa Nudista “escondida” de sus Hijos

 

Madre en Nudistas Venezolanos

 

Un día mi esposo me dice: vístete que vamos a una cita, en el carro te cuento.

Me vino a buscar y en el trayecto me dijo: es una entrevista con un miembro de una asociación de nudistas.

Alguna vez habíamos fantaseado con ir a una playa donde se practicara el nudismo, lo que no pensé es que la tuviéramos aquí, en Venezuela. ¡¡¡ A nuestro alcance !!!

Fui llena de expectativas, con cierto nerviosismo, algo nuevo, fuera de lo “tradicional”, pero excitante. Toda una aventura desde ese mismo momento.

La entrevista fue con Antonio, ¡¡¡Encantador!!! La verdad es que desde el  primer instante hubo empatía. Quedamos en que se nos avisaría para el próximo paseo.

Ese gran día llego, ¡¡¡susto!!! ¡¡Muchas interrogantes!! ¿Me atrevería? Nunca me había desnudado en público, ¿¿mis hijos qué dirían??

Cuando llegamos encontramos un grupo de personas, todas desnudas y muy amables, que nos ayudaron a desembarcar. No conocíamos a nadie, pero todos nos esperaban, nos saludaron súper amigables.

Rafa, apenas nos instalamos, se desnudó sin ningún problema, como sí lo hubiera hecho siempre. Yo aún no me animaba hacerlo, observaba a ver si veía alguna mirada picaresca, pero no la encontré, ¡¡¡todos súper naturales, amables!!!

Me fui quitando poco a poco la ropa, me quede en topless, pero nadie se percató. Luego Rafa me dijo “Vamos a meternos al mar, ¿por qué no te quitas el resto?”. Así lo hice, ¡¡¡ la experiencia fue maravillosa !!!

Sentir el mar, las olas, sin estar pendiente de nada, ¡una libertad increíble!

En la noche fuimos a la posada y allí compartíamos con los demás compañeros de aventura, conociéndonos un poco más, realmente me sentía tan cómoda como sí los conociera de mucho tiempo. ¡¡¡¡La pasamos muy muy bien!!!!

Al llegar a casa, mis hijos, los dos mayores de edad, nos preguntaron cómo nos había ido en la playa. Les conté nuestra aventura, ellos no se imaginaban en lo que andábamos. ¡¡Tomás se reía!! Comentó: “¡¡Que locos!!”,  lo tomó muy natural, me dijo “¡¡¡para la próxima me anoto!!!”.

Susy un poco más crítica, más cuestionadora, con más preguntas, (¡a veces se invierten los papeles!, nuestros  hijos se convierten un poco en nuestros padres).

Aprovechando el comentario de Tomás, les invitamos para el próximo paseo.

¡Así lo hicimos!, nos fuimos los cuatro, ellos con las mismas expectativas que habíamos tenido nosotros en nuestro primer día.

Para sorpresa de nosotros, apenas nos instalamos en la playa, Susy se desnudó como si lo hubiera hecho siempre, sin pensarlo mucho.

Tomás fue más lento pero, en un rato, ya estaba desnudo, intentando subir la montaña para conocer el otro lado de la playa, ¡¡todo un Robinson Crusoe!!

Desde ese día en adelante fuimos muchas veces los cuatro.

Hoy día, muchos años después, seguimos yendo a nuestra playa con nuestros amigos, con los que tenemos lazos fuertes, constantes, de mucho respeto y amor.

Marilú.

 


 

Este relato forma parte de la serie dedicada al Día de las Madres. Anteriormente publicamos el de Giuly, quién es madre de un niño “especial”, y, en las próximas semanas, publicaremos el de Margarita, quien comparte con su hijo mientras recuerda a su madre.